Cada estudiante recibe un plan de aprendizaje basado en lo que sabe y como aprende mejor. Esto no significa que como docentes tenemos que crear planificaciones de aprendizaje separado por cada estudiante. Al contrario permitimos al individuo que escoja entre diversas opciones de estrategias o medios para el aprendizaje.
Aunque algunos aprenden mejor asistiendo a clases, para otros ver vídeos puede resultar más útil, o de repente tutoriales para la practica, no resulta práctico intentar cubrir uno por uno cada estilo individual, es mejor presentar diversas opciones y disponer la libertad para elegir, motivar a los estudiantes y hacer que el aprendizaje sea efectivo.
Cuando se tiene en cuenta la individualidad del niño dentro del aula y se le proporciona lo que en verdad necesita, se le está regalando el estimulo para aprender de manera significativa, con motivación y ganas. Foto. Niños de diferentes edades creando con técnicas plásticas.
Poco a poco, el sistema es más consciente de que cada alumno es diferente, único y especial; de que dispone de un ritmo de aprendizaje particular y unas motivaciones e intereses personales. Pero, ¿Por qué es importante esta personalización? Porque sin lugar a dudas, mejora la calidad de la enseñanza atendiendo a la singularidad de los estudiantes y reflejando así lo mejor de estos.
Como docentes del siglo XXI, la personalización de la experiencia educativa permite atender a todos los alumnos dentro de una misma aula, teniendo en cuenta su diversidad. Esto ayuda, además, a detectar y tratar con éxito los casos de necesidades educativas de apoyo específico y altas capacidades.
La diversidad dentro del aula y su trato singular a través de la personalización del aprendizaje brinda a las instituciones el camino para atender las necesidades propias de cada alumno y así actuar directamente sobre sus áreas de mejora específicas.
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